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NOSTRADAMUS, OBAMA Y JEANE DIXON

LAS DOS VISIONES DE JEANE DIXON SOBRE OBAMA

LAS DOS VISIONES DE JEANE DIXON SOBRE OBAMA

         El dia 5 de Febrero de 1962 la señora Jeane Dixon estaba en Washington y tuvo un sueño o vision: Ella creyó ver por la ventana de su casa una gran llanura desolada, un desierto que se extendía en la distancia, hasta confundirse con el horizonte, con un brillante cielo azul, dominado por un sol dorado y deslumbrante. De repente, como saliendo del disco solar, por la habilidad de José y acercandose a la tierra, aparecieron otras dos figuras que la Sra. Dixon reconoció inmediatamente como la reina Nefertiti y su esposo, el Faraón Ajenatón. La reina llevaba en sus brazos un niño vestido con mugrientos harapos en gran contraste con las lujosas vestimentas y las joyas que adornaban a la pareja real. El Faraón desapareció de inmediato como tragado por el Sol y la reina dejó al niño en el suelo; y, por último, ella fue vista con una jarra de agua sucia o de color marrón y con alguien a punto de apuñalarla. La Sra. Dixon escuchó un gran grito de dolor.

 

          El niño harapiento y de linaje real creció y lo vió convertirse en un hombre ;sobre él apareció una cruz que se fue expandiendo, dando la impresión que abarcaba toda la Tierra. Al final la señora Dixon observó que el hombre alzaba los brazos y que, arrodillados a su alrededor en actitud de adoración, hombres de toda raza y religión estaban alabándolo.

 

          Diez años después, en una segunda visión, la Sra. Dixon recibió el aviso de que el poder que vió asumir aquel niño no provenía de Dios, aunque él se presentara como enviado de la Divinidad. El mensaje revelaba también que  la vida de este hombre imitaría la vida de Jesucristo punto por punto: Así el niño sería arrebatado de su lugar natal, a los once años alogo tremendamente importante ocurriría en su vida y le haría consciente de su destino, a los treinta años haría vida publica y tendría seguidores, se presentaría ante el mundo como un ser lleno de atractivo y sabiduría llamado a resolver los problemas de la humanidad. La Sra. Dixon asegura que también hará frecuentes viajes a los EE.UU., donde sus partidarios se harán con el control de los medios de comunicación de masas que utilizarán para proclamarle como el Salvador, el hombre de paz esperado; poco después su dominio se extenderá al mundo entero yendo de nuevo a Jerusalén para proclamarlo: El dominio será breve y arrastrará al mundo a tal confusión y desorden universal que culminará en una súbita destrucción y una guerra mundial. Al final aparecerá la señal de la Cruz sobre los cielos en medio de los conflictos mundiales y ganarán los chicos buenos.

 

           La Señora Jeane Dixon  tiene su propia interpretación de lo que observó. Yo tengo la mía: El niño es Obama y, tras el episodio de Lázaro en el cuerpo de la congresista de Arizona con el siguiente discurso presidencial en Tucson, debe ir ahora a Jerusalén de manera oficial y él no lo sabe. Tras esa nueva Semana Santa presidencial lo que le espera a Obama y al mundo es el caos.

 

          Saludos cordiales.

 

          Barcelona. 26 de febrero de 2011-HANN13AL-setecastronomy-.

 

 

        

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